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¡BASTA DE RELIGIÓN, QUE INICIE EL AMOR AL PRÓJIMO!

¡Basta de religión, que inicie el amor al prójimo!
por Raúl Armando De La O Catana
Curso: Predicación Narrativa
Maestra: Dr. Yamina Apolinaris
Calvin Theological Seminary

TITULO: ¡BASTA DE RELIGIÓN, QUE INICIE EL AMOR AL PRÓJIMO!
TEXTO BÍBLICO: LUCAS 10: 25-37
HILO CONDUCTOR: EL AMOR NOS MUEVE DE LA SOLA RELIGIOSIDAD A LA SOLIDARIDAD.

INTRODUCCIÓN:

Buenos días amados.
¿Cuántos de ustedes han visto/leído las noticias en estos días?
¿Cuáles son los asuntos que se repiten una y otra vez?
¿Cuántos de ustedes han sido víctimas de la violencia?
¿Cuántos de ustedes sienten que las sociedades actuales son cada vez menos humanas?

PRIMER MOVIMIENTO: Un atraco repentino (violencia insolidaria-deshumanizante).

Hace unas semanas transmitieron en las noticias el caso de aquel indigente que fue golpeado brutalmente y dejado por “muerto” por una pandilla de adolescentes en Son Gotleu, aquí en Palma de Mallorca. Lo trágico es que, en realidad, no había nada que pudieran robarle a este hombre –de por sí ya despojado de su dignidad. Parece ser que lo golpearon solo por “el placer de hacerlo”.

Usted sabe que los atracos y especialmente los atracos con violencia son muy comunes en el barrio de “Son Gotleu”, de hecho, es ¬uno de los barrios más peligrosos de España, según las estadísticas del gobierno. Por eso se recomiendan no entrar. No sabemos que llevó a estos muchachos a realizar este acto tan despreciable, lo que sí sabemos es que como sociedad cada vez nos estamos acostumbrando más a dar por hecho que estas cosas suceden –ya no nos sorprenden–, nos hemos vuelto indiferentes y es casi como si ya hubiéramos desarrollado cierta tolerancia al tema.

La violencia no es privativa de Palma. En todas las ciudades del mundo observamos hoy, un incremento de actos violentos que despojan, ultrajan y humillan al otro. Uno de los síntomas más aberrantes de esta descomposición social, es que hasta nuestros niños experimentan violencia de mano de otros niños y estos sucesos se difunden y se consumen en las redes sociales. Es desgarrador darse cuenta que en esos videos se puede observar que alrededor del niño violentado hay otros niños insensibles a lo que está sucediendo.

En el pasaje que leímos, Jesús y un intérprete de la Ley tienen un diálogo.

El erudito, con cierto aire de prepotencia, cree que puede poner en evidencia a Jesús, así que como no queriendo, lanza su capciosa pregunta: “¿qué tengo que hacer para heredar la vida eterna?”
Jesús, conocedor de las intenciones del corazón toma control de la conversación hasta que llega al punto en el que su interlocutor empieza a sentirse acorralado, y para justificarse, pregunta: “¿quién es mi prójimo?”

Jesús contesta a esta pregunta, muy a su estilo, contando la siguiente historia:

“En el camino de Jerusalén a Jericó un hombre malherido ha sido abandonado a su suerte por sus atracadores”. Tanto el maestro de la Ley como los oyentes de Jesús sabían que los atracos eran comunes en esta ruta –como no serlo, era un camino principal.

Ambos hombres, el de la historia de Jesús, y nuestro hombre en Son Gotleu–, han sido víctimas de la violencia. No les sorprendió a ellos, no nos sorprende a nosotros. Son cosas que pasan, ¿son cosas que pasan?

SEGUNDO MOVIMIENTO: La indiferencia de la mentalidad religiosa (religiosidad insolidaria-deshumanizante).

Jesús sigue contando su historia y en ella aparecen un sacerdote y un levita. Su audiencia sabe que por esta ruta también transitan los muchos viajeros que van a ofrecer sacrificios al templo. Lo más probable es que tanto el sacerdote como el levita regresaran a casa después de prestar sus servicios en el templo

Seguramente estos hombres piadosos se detendrían a ayudar al hombre en desgracia. Pero, sorprendentemente pasan de largo. ¡Espera!, no nos precipitemos a juzgarles, quizá tendrían sus razones de peso para no hacerlo. No pueden contaminarse, la Ley se los prohíbe. Quizá los atracadores aún estaban cerca, y entonces había que acelerar el paso o, ¿acaso hay otras razones?

Nuestro indigente en Son Gotleu, a pesar de estar a la vista de todos los que por ahí transitaban, tampoco recibe auxilio.

Es probable que los caminantes a su alrededor le miraran por el rabillo del ojo con lástima, miedo y hasta con prejuicio: “seguro estará durmiendo la mona o borracho, ya alguien más llamará a los servicios sociales”; lo cierto es que prefirieron pasar de largo.
Llama la atención que los hechos tuvieron lugar en fin de semana, es muy probable que algunos de los que desviaron la mirada, fueran aquellos que con Biblia bajo el brazo asistían al culto dominical de la iglesia pentecostal del barrio. La verdad es que la mayoría de los buenos cristianos que amamos a Dios evitamos buscarnos problemas con gente peligrosa.

No puedo evitar preguntarme a mí mismo, si yo hubiera pasado por ahí ¿habría desviado la mirada también? Se supone que mi religión cristiana debe moverme a involucrarme, a solidarizarme con el sufrimiento del otro, pero ¿me hubiera detenido aunque los hermanos hubieran tenido que esperar para empezar el culto?

TERCER MOVIMIENTO: El no religioso manifiesta solidaridad que humaniza (el amor nos mueve de la sola religiosidad a la solidaridad)

Jesús, consciente de las miradas curiosas y los oídos atentos que ha cautivado, sigue con su historia. Después de una pausa dramática, introduce un giro radical, incorporando en su narración a un samaritano. Los samaritanos tenían mala fama entre los judíos. La hostilidad y odio que sentían los unos para con los otros era mutuo.

Pero lo que no esperaban es que fuera precisamente él, un despreciable samaritano, el que se detuviera a ayudar. Sus oyentes no podían estar más incómodos, los murmullos empezaron a subir de volumen, especialmente en el momento en el que Jesús les dice: “no solo se detuvo”. “Fue movido a compasión”, “se involucró en el bienestar del hombre”, “lo vió”, “lo tocó”, “lo curó”, “lo consoló”, “invirtió su tiempo y su dinero”, “lo dignificó”, “lo amó.”

¿Qué será lo que motivó a este hombre a una solidaridad tan costosa? ¿Qué vio este samaritano en aquel hombre que ni el sacerdote ni el levita pudieron ver?

Nuestro hombre en Son Gotleu –según el diario–, finalmente fue asistido por un gitano, uno de los que se dedican a vender en las calles. Dejó su mercancía a un lado y socorrió al hombre que a pesar de las horas que habían pasado, aun seguía vivo.

¿Quién iba a imaginarse que fuera precisamente él -un gitano–, el que lo socorrería? Los gitanos en España han sufrido racismo por siglos. Hoy en día siguen sufriendo discriminación, aunque ya no es tan burdo como antes, los prejuicios racistas de “baja intensidad” siguen siendo permanentes.

¿Qué vio este vendedor ambulante en aquel indigente tirado en el suelo, que los que pasaron a su lado no pudieron ver? Muchas veces el sufrimiento propio nos da unas gafas más adecuadas para ver el sufrimiento de los demás.

PUNTO CULMINANTE
Jesús al terminar su narración dirige su mirada al experto de la ley, y a su pregunta “¿quién es mi prójimo?”, le contesta con otra pregunta: “¿cuál de estos tres piensas que demostró ser el prójimo del que cayó en manos de los ladrones?”.

Boquiabierto, confrontado con su religiosidad y sin ninguna otra salida – aquél que había venido a tentarle–, tuvo que admitir: “el que se compadeció de él”. Sí, el despreciable samaritano.

Entonces Jesús, con ojos de un amor que traspasa las intenciones del corazón le dijo a aquel estudioso de la Ley: “Anda entonces y haz tu lo mismo”.

Los testigos de aquel dialogo entre Jesús y el intérprete de la Ley supieron oír entre líneas el clamor del mesías: “Mi anhelo es que el reino de Dios sea encarnado por mi pueblo, que el amor nos mueva de la sola religiosidad a la solidaridad tal como lo demanda la Ley. Si tan solo la unidad entre culto divino y amor al prójimo pudiera vivirse en Israel, también podría vivirse en el mundo”.

DESENLACE: EL AMOR NOS MUEVE DE LA SOLA RELIGIOSIDAD A LA SOLIDARIDAD.

Al igual que aquellos otros que estaban escuchando las palabras de Jesús, yo también soy confrontado: ¿desviaré la mirada o me detendré?

Muy a menudo como cristianos, conocedores de los principios del reino y del amor de Dios podemos estar pasando de largo de aquellos que están sufriendo profundas necesidades alrededor nuestro. Personas solas, enfermas, violentadas, empobrecidas. marginadas, invisibles.

Algunos de nosotros, hemos llegado a crear una zona de confort que nos impide ser sensibles a las necesidades de otros. No queremos ver y mucho menos involucrarnos para impedir o socorrer acciones deshumanizantes, pero considerar el sufrimiento de los más débiles como algo ajeno, es síntoma de una enfermedad social.

Muchas veces son aquellos que vemos con prejuicio, recelo y hasta desprecio, aquellos a quienes juzgamos con ligereza los que están tomando la bandera y la defensa del prójimo. Nosotros sospechamos de su labor, y no sumamos fuerzas porque no son de los nuestros. La diferencia nos asusta.

Simplemente miremos a nuestro alrededor, nosotros somos una comunidad de fe multicultural en Palma, Mallorca, España. La integración de culturas es incómoda, pero el poder dinámico de Dios es suficiente para quebrantar los odios y prejuicios que nos separan los unos de los otros y nos deshumanizan. Sin duda, tenemos hoy como iglesia el desafío de ser comunidad terapéutica; a través del amor que nos mueve de la mera religiosidad a la solidaridad. Y así, recuperar el poder sanador ante una sociedad enferma.

Permitamos hoy que el Espíritu de Dios vuelva a sumergirnos en el amor de Dios que nos humaniza, que nos transforma y que nos mueve de la sola religiosidad a la práctica de una piedad solidaria.

Las grandes oportunidades para ayudar a los demás rara vez vienen, pero las pequeñas nos rodean todos los días especialmente en medio de los contextos tan desafiantes de dolor y sufrimiento en los que a cada uno de nosotros nos ha tocado vivir. Jesús nos dice hoy al igual que le dijo al maestro de la ley: “ve, y ama a tu prójimo”

 

FUENTES

Bible Gateway passage: Lucas 10 – Reina-Valera 1960. https://www.biblegateway.com/passage/?search=Lucas%2010&version=RVR1960

Coenen, L., Beyreuther, E., & Bietenhard, H. (1990). Diccionario Teológico del Nuevo Testamento. Salamanca: Ediciones Sigueme.

De La O, Raúl. Misión y valores de Refugio de gracia. Apuntes personales. Palma, Mallorca España. 2020.

De La O, Raúl. “Unos a otros”: generador de comunidades sanadoras. Ensayo. Club de lectura teológica. Centre Pedagògic per a la Integració Familiar A. C. Palma, Mallorca España. 2012.

La discriminación antigitana en cifras – Fundación Secretariado Gitano. https://www.gitanos.org/que-hacemos/areas/igualdad_y_no_discriminacion/cifras_discriminacion.html

Lohfink, Gerhard. La Iglesia que Jesús quería. Descleé de Brouwer, Bilbao, 1986.

Farstad, A., & Hodges, Z. (1985). The Greek New Testament According to Majority Text. Nelson Reference & Electronic Pub.

G0itía Padilla, Francisco Javier. El Sermón como creación artesanal. Palabra Viva,2017.

Stegenga, J., & Tuggy, A. (1997). Concordancia analítica greco – española del Nuevo Testamento. CLIE.

 

 

 

 

 

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