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El Descanso, una estrategia productiva Por Raúl Armando De La O

“Venid á mí todos los que estáis trabajados y cargados, que yo os haré descansar.” Mateo 11:28

El paso del tiempo nos ha enseñado que la vida familiar y social, exige un gran desgaste físico, emocional y espiritual y esto nos convierte en perfectos candidatos para el agotamiento.

El cansancio también nos empuja a un servicio activista, sin efectividad. Es decir, hacemos muchas cosas, pero paradójicamente, a pesar de nuestros esfuerzos, no somos pertinentes ni eficiente antes las demandas de nuestro estresante contexto social y familiar.

En nuestra cultura se dice sabiamente que “nadie puede dar lo que no tiene”.  Cuando hemos gastado todas nuestras reservas espirituales no tenemos capacidad de dar vida espiritual.

Entonces nos asalta la pregunta: ¿es posible agotar nuestra capacidad de generar vida espiritual en el seno familiar? Veamos la Palabra y lo que el mismo Señor nos enseña a través de la vida de servicio de sus propios discípulos.

En la vida cristiana encontramos un llamado a ser productivos en nuestra misión, pero a diferencia de las corrientes modernas que enfatizan la productividad laboral y personal de una manera casi deshumanizante, la productividad en la Biblia esta relacionada con el descanso.

Sí, estimados lectores, ¡el hombre espiritual descansa¡

Cada discípulo de Cristo debe experimentar el descanso para ser productivo en la vida integral. Recordemos el sabio principio: Hay que ser antes de hacer.

Uno de los términos más importante en relación con el descanso es usado en Mateo 11:28“…descansar”, “ana-pauso”. Esta palabra describe el descanso que Cristo da como una condición integral: La capacidad de estar calmado en medio de las presiones. Implica un sentir de alivio en medio de la lucha, refrigerio en medio del cansancio.

En el contexto (vs. 25-27) del pasaje dice:

En aquel tiempo, respondiendo Jesús, dijo: Te alabo, Padre, Señor del cielo y de la tierra, porque escondiste estas cosas de los sabios y de los entendidos, y las revelaste a los niños. Sí, Padre, porque así te agradó. Todas las cosas me fueron entregadas por mi Padre; y nadie conoce al Hijo, sino el Padre, ni al Padre conoce alguno, sino el Hijo, y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar.

Podemos ver que la invitación de Jesús al descanso no es para todos. No es para los sabios o el hombre sostificado, tampoco es para el entendido o el astuto.  La invitación de Jesús es para los niños, niños no de edad, sino de actitud, aquellos quienes tienen completa dependencia en su Padre. Así que para experimentar esta clase de descanso en nuestras vidas existe una condición, y ésta consiste en depender diariamente del Señor.

En medio de la actividad de la vida es muy fácil perder de vista la fuente de nuestra fortaleza como creyentes y el motivo de nuestras actividades. Frecuentemente nos salimos del campo de la dependencia de Dios para confiar mas en nuestros propios recursos.

Lo triste es que muy pocas veces estamos dispuestos a reconocer nuestra autosuficiencia como un acto de soberbia y mas temprano que tarde acabamos atorados en un agotamiento integral.

¡Aprendamos a abandonarnos en el Señor como un pequeño lo haría en los brazos de su padre ¡

La invitación de Jesús también es para aquellos que poseen una revelación del reino de Dios,” …y aquel a quien el Hijo lo quiera revelar”.  Es Jesús quien nos involucra en la vida de su reino, es su iniciativa y no la nuestra. En otras palabras, el descanso pertenece a aquellos a quienes se les ha permitido participar en el avance de su reino.

Ahora analicemos en tu Biblia el llamado de Jesús a descansar: “Venid a mí todos los que estáis trabajados y cargados, y yo os haré descansar”.

El pasaje de Lucas 10:1-21 añade luz sobre estas palabras y nos deja ver que el descanso que Cristo ofrece es una invitación, pero a la vez un mandamiento para aquellos que están en el servicio.

 Lucas nos refiere a la “misión de lo setenta”.  El Señor esta advirtiendo a sus discípulos que enfrentarían peligros (ver. 3), rechazo (ver.10), luchas espirituales (ver. 17) y que la misión de llevar el reino adelante debía hacerse con prontitud sin que nada los desviara del propósito de proclamar el evangelio (ver.4) ¿No son todas estas circunstancias que nosotros mismos enfrentamos y pueden llevar a cualquier creyente al agotamiento?

Cuando los discípulos regresaron de cumplir su misión, Jesús invita a los trabajados y cargados a descansar en El ¿Quienes son los cansados ?  Normalmente se ha interpretado que la invitación de Jesús a descansar era para todos los judíos bajo el yugo de la Ley (Mateo. 23:4) y aunque esta interpretación es correcta se ha perdido de vista que los trabajados y cargados también son todos aquellos que han trabajado y los que en el cumplimiento de la obra se han cargado.

El termino que usa Mateo en el griego para carga describe a un hombre aplastado por el peso de la culpa, una culpa producto de nuestra constante lucha con la naturaleza humana (1a Juan 1:8-10).   Muy a menudo nuestros patrones pecaminosos y la falta de una confesión permanente en oración al Señor nos lleva a vivir llenos de culpa.  La culpa agota todas nuestras energías físicas, psicológicas y espirituales. Por eso es muy importante aprender a descansar en Cristo, venir a él y recordar que el nos ha limpiado pero que al caminar nos ensuciamos los pies y es necesario limpiar constantemente el polvo de nuestros pies.

¿Como obtenemos el descanso de Cristo? Simplemente viniendo a El. Es sorprendente darse cuenta y reconocer que muchos creyentes estamos tan ocupados y somos tan autosuficientes que ya no tenemos fe en las sencillas palabras de Cristo: Venid a mi.

Cuando los problemas de la vida nos cargan es mucho mas común que busquemos ayuda en otras personas y no en Cristo. Amigos creyentes, el descanso en Cristo es un descanso integral, es el descanso del ser, es calma en medio de las presiones, alivio en medio de la lucha, refrigerio en medio de la actividad. Es un descanso sobrenatural que proviene de lo alto y es basto para suplir nuestra necesidad.

Así como, la tierra en los tiempos del Antiguo Testamento, por mandato divino tenía que dejarse reposar porque había perdido su fertilidad, así también nosotros, como vasos de barro tenemos que reconocer que perdemos nuestra eficacia y potencialidad en el reino de Dios cuando no descansamos.

La buena nueva es que Cristo ha provisto una estrategia para que sus siervos se renueven y mantengan su unción: Venid a mi.

Autor:Raúl Armando De La O

  • Licenciado en Ciencias Biológicas con especialidad en Ecología Terrestre por la Universidad Veracruzana.
  • Licenciatura en Educación Teológica por  el Seminario Anna Sanders.
  • Doctor of Ministry en Consejería Cristiana por Doxa Internacional University.
  • Máster Psicopatología y Salud por la UNED.
  • Especialista en Intervención Psicoterapéutica por la UDED.
  • Fundador del “Programa Niños de la Calle” en la Ciudad de México.
  • Pastor fundador de la Iglesia “Dios integrando a la Familia” en el Municipio de Ecatepec Estado de México.
  • Fundo el ministerio de “Centro Pedagógico Cristiano para la Integración Familiar”, A. C.  en México.
  • Confundador de la Escuela de niños con Capacidades Diferentes (IZBAC) en México.

Director General del Centre Pedagògic per a la Integració Familiar A. C. en Mallorca, España.

 

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María fernandes
María fernandes
4 years ago

Excelente reflexión y muy clara y especifica en en todo tiempo pero mucho más en estos tan difíciles gracias Raúl bendiciones

Guillermo Vargas
Guillermo Vargas
4 years ago

Muy bueno Raúl te felicito

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