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Factores determinantes de salud familiar Por Raúl Armando De La O

Fundar instituciones que fomenten el bienestar familiar, desde una perspectiva cristiana, es una prioridad en el mundo actual.

Nadie ignora los desafíos que enfrenta la familia en el mundo. Esto se debe a las constantes modificaciones tecnológicas y sociales, al ritmo veloz de vida, a la violencia, a la carencia de comunicación real en favor de la virtual, al impulso consumista global, a la banalización de los sentimientos y al creciente escepticismo religioso.

Estos desafíos modifican la estructura tradicional de la familia, nos encontramos en un momento de transición, que busca una adaptación, pero durante este tiempo las familias suelen experimentar ansiedad, inestabilidad y por lo tanto dificultades en las relaciones de sus integrantes.

Es evidente entonces, la necesidad de instituciones en pro de la salud familiar. El Centro Pedagógico para la Integración Familiar A.C. Es una entidad al amparo de la Ley Orgánica 1/2002, de 22 de marzo en España; sin ánimo de lucro.

La existencia de esta asociación  tiene  como  fines contribuir a  la  mejora de la  calidad  de  vida y fomentar  el  desarrollo  e  integración  de los individuos, familias y colectivos que así  lo demanden, o estén en  crisis y/o en riesgo  de  exclusión  por  razones físicas, sociales, económicas o culturales, atendiéndolos  sin  distinción de   raza,   sexo,   edad,   capacidad   o discapacidad, mediante actividades que se desarrollarán en las áreas de lo social, la   salud,   la   educación,   la cooperación   para   el   desarrollo, la cultura y el  fomento  de  la  economía social. En pocas palabras, la razón de ser de nuestra asociación es la promoción de la salud familiar.

La familia es la unidad social básica alrededor de la cual toda la sociedad gira. Así como va la familia así va la sociedad. Si se destruye la familia se destruirá la civilización. Una familia sana es la fuerza de la sociedad.

En la actualidad hay algunos estudios muy interesantes sobre algunos factores comúnes en el desarrollo de familias sanas.   El Dr. Nick Stinnett en la Universidad de Nebraska estudió las características de familias sólidamente sanas en diversas sociedades alrededor del mundo. En lugar de estudiar a la familia fracasada, él investigó cuáles eran las fortalezas de una familia sana. Él eligió en su investigación solamente a las familias que tenían dos características: las parejas que eran consideradas felices y las que se consideraban satisfechas en sus relaciones padres-hijos. El Dr Stinnet descubrió varios factores comunes en estas parejas incluyendo:

  1. Creen en la familia.
  2. Disfrutan tiempos juntos como familia.
  3. Tienen buenas habilidades en la comunicación dentro de la familia.
  4. Demuestran constantemente el aprecio el uno al otro.
  5. Aplican habilidades para solucionar problemas en épocas de crisis.
  6. Practican actividades espirituales.

En otro estudio realizado en la Universidad de Kentucky Estados Unidos, se encontraron 12 factores de estas familias saludables.

  • Compromiso: las familias fuertes se comprometen entre ellas mismas para promover la felicidad de sus miembros. Este compromiso se manifiesta a la hora de involucrarse en el futuro de cada integrante de manera que se puedan establecer objetivos para cada uno y desde allí trabajar para el logro de los mismos.
  • Expresan su aprecio. Por supuesto, todos apreciamos a los miembros de nuestra propia familia; la diferencia con una familia saludable es que ellos lo expresan abierta y verbalmente, es decir, le hacen saber a los demás por medio de sus palabras y acciones que son especiales.
  • Matrimonios estables. La salud del matrimonio afecta la salud de la familia. Cuando existe un matrimonio fuerte, donde la pareja se encuentra sólidamente unida, ese éxito se transfiere a la familia. El respeto mutuo entre los padres es uno de los factores más críticos. Aquellos hogares donde una sola persona, sea hombre o mujer, está a cargo de la familia también pueden llegar a ser saludables siempre y cuando existan responsabilidades claras y delimitadas para cada integrante de la familia.
  • Tiempo juntos. Las familias fuertes frecuentemente trabajan, juegan y comen juntos, además de asistir a servicios religiosos o reuniones de la comunidad.
  • Muy buena comunicación. Las familias fuertes mantienen todas las líneas de comunicación abierta, especialmente todos los miembros se interesan por saber lo que el otro piensa y siente. Al mismo tiempo utilizan un tono de voz calmado y están abiertos al cambio. Las familias saludables saben manejar el conflicto cuando alguien no está de acuerdo.
  • Un estilo de vida saludable. La nutrición apropiada, descanso adecuado y suficiente ejercicio son esenciales para el bienestar de la familia. Un balance saludable entre el trabajo y la familia son parte importante de su vida.
  • Fortaleza espiritual. Las familias saludables viven su espiritualidad al máximo, tratando a los demás, así como ellos desean ser tratados. Las familias saludables leen la Biblia y disfrutan orando, cantando y meditando en grupo.
  • Optimismo. Las familias fuertes siempre esperan lo mejor aún en las peores situaciones. Buscarán lo bueno en cada momento difícil que estén atravesando.
  • Aceptación de la individualidad. Las familias fuertes ven más allá de los errores de sus integrantes. Analizan las necesidades de cada uno, se sienten libres de ser ellos mismos. Aceptan, aprecian y ayudan a los demás a llegar a ser ellos mismos.
  • Participación en la comunidad. Ninguna familia puede vivir aislada. Las familias fuertes se mantienen en contacto con amigos y familiares, se llevan bien con los vecinos y están dispuestos a ayudar a los demás en caso de necesidad. Ellos también admiten sus problemas y están dispuestos a buscar ayuda si es necesario.
  • Perdón. Errores, malas interpretaciones y heridas son parte de la vida. Las familias saludables enseñan y practican el perdón. Ellos rehúsan a dejar abierta una herida. Ellos aprenden de los errores y perdonan a los demás y a ellos mismos. Ellos viven cada día como si fuera uno nuevo. Al perdonar y dejar ir al pasado, ellos experimentan sanidad, paz mental y amor.
  • Diversión. Las familias saludables se ríen juntas. El humor, la espontaneidad y hasta las bromas ayudan a mantener a la familia enfocada en lo positivo. Ellos se divierten juntos porque genuinamente disfrutan de la compañía de cada uno de ellos.

En nuestro centro tenemos, entre otras, una área estratégica que promueve con su actividad la salud de los individuos y familias. A esta área la llamamos, Centro de Asesoramiento Profesional (CAP).

La actividad de CAP es brindar asesoramiento, dar un consejo o una sugerencia para ponerla en práctica; con la intención de servir a las personas desde una perspectiva integral. Ayuda a enfrentar con estrategias los desafíos biológicos, cognitivos, emocionales, sociales, relacionales, conductuales y espirituales.

El asesoramiento como profesión promueve el bienestar integral y provee instrumentos para la renovación de las personas y familias.  Busca prevenir problemas psicológicos, relacionales, espirituales y conductuales debilitantes y resolver los problemas de origen cognitivo, emocional, social y espiritual que puedan estar impidiendo el despliegue del bienestar integral de la persona y familia.

Concluimos, que las familias que salen adelante y se mantienen unidas son: Aquellas que, a través del ejemplo y la coherencia entre lo que se dice y se hace, desarrollan la confianza desde la infancia. Aquellas que, valoran y aceptan las cualidades y defectos de sus integrantes. Esto fomenta que se reconozcan y reparen los errores, al mismo tiempo que se potencializan las habilidades de cada uno de los miembros de la familia.

Todos estos ingredientes compartidos en el seno familiar, y complementados desde la escuela, iglesia y sociedad, forman personas con buena autoestima independientes, habilitadas para vivir en plenitud en el marco de hogares estables y unidos.

Bibliografía

John DeFrain, Ph.D., Professor and Extension Family and Community Development Specialist, Department of Child, Youth and Family Studies, 135 Mabel Lee Hall, University of Nebraska, Lincoln, Nebraska.

Nick Stinnett, Ph.D., Professor, Department of Human Development and Family Studies, University of Alabama, Tuscaloosa, Alabama.

 Autor:  Raúl Armando De La O. Director General del Centre Pedagògic per a la Integració Familiar A. C. en Mallorca, España.

  • Licenciado en Ciencias Biológicas con especialidad en Ecología Terrestre por Universidad Veracruzana.
  • Licenciatura en Educación Teológica por Seminario Anna Sanders.
  • Doctor of Ministry en Consejería Cristiana por Doxa Internacional University.
  • Máster Psicopatología y Salud por la UNED.
  • Especialista en Intervención Psicoterapéutica por la UDED.
  • Fundador del “Programa Niños de la Calle” en la Ciudad de México.
  • Pastor fundador de la Iglesia “Dios integrando a la Familia” en el Municipio de Ecatepec Estado de México.
  • Fundo el ministerio de “Centro Pedagógico Cristiano para la Integración Familiar”, A. C.  en México.

 

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Sergio gracian
Sergio gracian
4 years ago

Muy bueno

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