C/Andreu Feliu 20
07010 Palma, Mallorca
cepifac@gmail.com

ADMINISTRANDO MIS EMOCIONES

Hace varios años Dios me impactó con la frase que ahora es el título de uno de mis libros. «Mayordomo de mi alma, guardián de mi espíritu» mientras escuchaba un mensaje en la iglesia. Quedé pensando en eso, luego estudiando qué era lo que Dios hablaba acerca de ese tema tomé apuntes de ideas y de cosas que Dios me hablaba. Poco tiempo después empecé a vivir y lo que en teoría Dios me había enseñado y me di cuenta de una gran verdad que a continuación te comparto.

Somos seres humanos que entendemos que, independientemente de nuestra cultura, estudios que hayamos tomado o la religión que profesemos, somos espíritu, alma y cuerpo. Pero curiosamente aunque somos personas tripartitas, lo que más atendemos es el cuerpo. Tratamos de alimentarnos sanamente, caminamos o vamos al gimnasio, si algo nos duele vamos al doctor, tomamos vitaminas o medicamento si lo necesitamos, etc. ¡pero nuestra alma y espíritu que!

Pensamos que con asistir a una iglesia el domingo y escuchar un mensaje, ya estamos bien con nosotros mismos o ya estamos bien con Dios pero ¡no es así! No sólo con inscribirte o entrar al gimnasio tu cuerpo va a cambiar; tienes que hacer ciertos ejercicios específicos para moldear o mejorar alguna parte de tu cuerpo; tu cuerpo no va a mejorar sólo con tener medicinas guardadas en un botiquín o en una alacena, ¡No! y la verdad así pensamos con nuestra alma y espíritu.

De la misma manera que al cuerpo lo atendemos, lo administramos, así debemos de administrar nuestra alma y nuestro espíritu.

El Alma
Genesis 2:7 “Entonces Jehová Dios formó al hombre del polvo de la tierra, sopló en su nariz aliento de vida y fue el hombre un ser viviente.” Aliento=Alma, viene del Hebreo: Nephesh, que quiere decir una personalidad única e individual.

En el alma se encierran las emociones, los sentimientos y la voluntad. La mayoría de las personas muchas veces ni voltean a darle un vistazo para ver cómo está. Piensan que si se sienten tristes, oprimidos, temerosos, etc. es porque así son o así les tocó, cuando en realidad se trata de siempre tener un recurso en nuestro interior con el cual hemos ejercitado nuestra alma al punto que cuando la circunstancia adversa llegue, estemos tan fuertes que podamos pasarla sin que ésta nos afecte, sino que como dice la Biblia en Romanos 8:28: «nos ayude para bien» y Dios pueda hacer algo en medio de ella.

El alma se conforta, se convierte, se llena de paz, se somete, se gobierna, etc. Salmo 19:7-10, Salmo 30:11-12, Salmo 23:4, Salmo 25:1, Hebreos 4:12. Todas estas cosas son ejercicios que diariamente hacemos para que nuestra alma se alimente y esté firme. La palabra de Dios es un alimento diario para fortalecerla.

El Espíritu
El espíritu es el deposito de Dios en nuestra vida para poder comunicarse con nosotros y bendecirnos. Ahí la única manera de alumbrarlo es por el Espíritu de Dios, mientras tenemos nuestra relación con él, nuestra intimidad con él. En este punto más que administrar es guardar, ser guardianes para que nada contrario entre en él y siempre esté sensible a Dios.

“Porque no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, sino de poder, de amor y de dominio propio.» 2 Timoteo 1:7

«Porque si vivís conforme a la carne, moriréis; mas si por el Espíritu hacéis morir las obras de la carne, viviréis.” Romanos 8:13

Concluyendo. No vivamos enfocándonos en el cuerpo, en lo físico solamente porque definitivamente llegarán circunstancias difíciles que tendremos que enfrentar como y queremos estar listos, con nuestra alma bien administrada, fuerte y con una palabra específica de parte de Dios en nuestro espíritu para enfrentar lo que con el cuerpo no es posible, como lo dice Efesios 6:12.

Autora: Lic. Maria Elena Ramos Franco

0 0 votes
Article Rating
Subscribe
Notify of
guest
0 Comments
Inline Feedbacks
View all comments
0
Would love your thoughts, please comment.x
()
x