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Consejería Pastoral de la familia

Por Josep Araguàs

INTRODUCCIÓN

El objetivo de esta ponencia es dar pautas prácticas que nos puedan servir de ayuda al desarrollar o enriquecer el trabajo pastoral con familias en las iglesias locales.
La pastoral de la familia es urgente en estos momentos, dentro de nuestras iglesias, ya que se están produciendo más cambios en el área de la familia en estas dos últimas décadas, que en muchos años anteriores. Nos ha tocado enfrentar realidades familiares que, por nuestra formación y tradición, nos resultan totalmente desconocidas. El concepto de familia está en constante transición; la gente no tiene claro qué es ser matrimonio o familia.
Por eso, junto a la creación original de Dios que incluye la relación íntima, complementaria y comprometida entre hombre y mujer, están apareciendo las “creaciones del hombre” respecto al ser familia:
– “Parejas de hecho”, carentes de compromiso público. – “Familias uniparentales”, con un solo padre en funciones, sobre todo madres solteras o separadas de sus cónyuges. – “Familias reconstruidas”, a causa del divorcio en matrimonios anteriores. – “Parejas del mismo sexo”, uniones que aspiran al reconocimiento legal y a la posibilidad de adoptar niños.
Por una parte, es momento de recordar las palabras de Jesús, quien respondiendo ante las transiciones familiares de su generación, dijo: “¿No habéis leído que el que los creó, desde el principio los hizo varón y hembra?”, Mateo 19:4.
Por otra parte, debemos ministrar pastoralmente a esta generación de familias, generando salvación y sanidad. Intentar prevenir el deterioro y ruptura de la familia. Y trabajar con aquellas familias uniparentales o reconstruidas, para que, a pesar de sus heridas, reflejen la gloria de Cristo en su vida relacional.

1. CARACTERÍSTICAS BÁSICAS DE LAS FAMILIAS

Para finalidades pastorales, básicamente hay que reconocer tres características en las familias:
a) Las familias constituyen sistemas Una familia es algo más que un grupo de individuos. Se trata de un sistema may complejo de personas en relación, que en el curso del tiempo ha elaborado pautas específicas de interacción muy complejas.
Por ej.: para entender a un hijo inseguro, hay que ver probablemente a una madre ansiosa y sobreprotectora. O para explicarse la pasividad de un marido, es necesario comprender la hiperactividad de su esposa.
Algunas de estas pautas de interacción tendrán su origen en la presente generación, pero la mayoría provendrán de generaciones anteriores, ya que las familias presentes son el resultado de patrones intergeneracionales de conducta.
En el ámbito estratégico, para trabajar con familias será útil ver que los sistemas están compuestos de subsistemas: “esposos”, “hermanos”, “esposa con su respectiva madre”, etc. Si fortalecemos el subsistema de los esposos, lo más probable es que el resto de los subsistemas van a funcionar bien.
b) Las familias son sistemas dinámicos La familia, como todo sistema vivo, está en constante cambio y transición. Por ej.: un matrimonio no vive igual su sexualidad al principio de casados que al cabo de unos años. O unos padres no tratan igual a sus hijos, cuando estos son pequeños que cuando sonadolescentes.
A través de estas transiciones, la familia crece y madura. Cuando la familia se bloquea en su crecimiento experimenta tensión y disfunción. Básicamente hay cuatro etapas naturales en las familias:
– Etapa prenupcial e inicio del matrimonio. – Etapa de criar hijos y alejamiento de la juventud. – Etapa del nido vacío y de la madurez. – Etapa del reencuentro como matrimonio y afrontar los últimosaños.
c) Las familias son sistemas de formación para sus miembros. Howard Clinebell escribe: “la familia es el lugar de donde los individuos derivan su mayor fuente de equilibrio emocional y espiritual”. Lo cierto es que la familia es el sistema más poderoso en el cual vamos a estar inmersos a lo largo de nuestra vida. Lugar de formación, deformación o transformación de nuestrapersonalidad.
Es el sitio donde aprendemos el lenguaje de las relaciones personales: amar y ser amados, confiar en alguien. Intimar es estar cerca y sentirse seguro, decidir por nosotros mismos, etc. También es en la familia, donde muchas personas van a iniciar su relación con Dios: orar, leer la Palabra, poner prioridades de forma correcta, etc. La iglesia local es el sistema que más se parece a una familia. Es por eso que la iglesia puede ser considerada como una “familia de familias”. Y, como resultado, observaremos que familias sanas dan lugar a iglesias sanas. Al contrario también es cierto, familias disfuncionales engendrarán iglesias con dinámicas problemáticas.

2. CONTEXTO MORAL DESDE DONDE EJERCER LA PASTORAL

El pastor o consejero que trabaja con familias, debe ser al nivel personal y conceptual una fuente de inspiración que refleja vida abundante sobre las personas que ministra. Si este prerrequisito no se tiene en cuenta, inevitablemente la disfuncionalidad entre las familias de la congregación aumentará. Estas son las recomendaciones claras que encontramos en los escritos pastorales de Pablo (1 Timoteo 3:4-5 y Tito 1:6 y 8). El pastor que ha sido llamado por Dios y reconocido por la iglesia local debe ejercer su ministerio con autoridad, sabiduría y siendo ejemplo. Y, a mi entender, en tal ministerio debe sentirse apoyado plenamente por suesposa.
Al nivel conceptual debemos haber reflexionado bíblica y pastoralmente, sobre ciertas cuestiones relativas a la vida en familia, de las cuales cito algunosejemplos:
– ¿Quépensamosdelasparejasdenoviosmixtas,enlasquesolounodelosnoviosescreyente?–
¿Podemos objetar un matrimonio, si apreciamos en él riesgo? – ¿Cuál es nuestra idea del “pacto” referida a las relaciones matrimoniales? – ¿En qué situaciones puede ser recomendable una separación temporal? –
¿Qué hacemos con las personas divorciadas que llaman a la puerta de la iglesia o que son miembros de nuestra propia congregación?
– ¿Cómo concebimos la autoridad en el matrimonio y en la familia? ¿Y en qué se concreta?

3. TENER UN MODELO DE SANIDAD/DISFUNCIÓN FAMILIAR

De hecho, este modelo estará muy relacionado con “el contexto moral” desde el cual estamos ejerciendo la pastoral.
Voy a citar algunas características básicas que nos pueden ayudar a evaluar las familias de nuestra congregación:
– Todo matrimonio y familia debe promover el crecimiento de todos sus miembros. Cuando alguien está siendo anulado, bloqueado, frustrado o mal potenciado en áreas espirituales, físicas o psicológicas, podemos hablar de disfunción en lafamilia.
– La tensión es el mejor termómetro para medir la fiebre de una familia. Es como el humo que nos avisa del incendio.
La forma como se tratan los miembros de la familia, el tono de voz, los posibles reproches, incluso su comunicación gestual serán todo un aviso. Por el contrario, el tono relajado, el sentido del humor, los detalles, la libertad en su comunicación y en las expresiones de afecto, nos hablarán de una sanidad en aquella familia. – La vida espiritual que la familia irradia. El disfrute de un tipo devocional como familia, el compromiso con la iglesia y el ejercicio de sus dones, todo ello indicará probablemente sanidad.
Por el contrario, el exceso de ocupación secular, la falta de compromiso, el desinterés o apatía en proyectos para enriquecer la vida familiar, podrían indicar un mal establecimiento de prioridades, una mala administración de su tiempo o un deseo de no profundizar en aspectos de la vida familiar. – El carácter abierto o cerrado de la familia. La familia cristiana y sana es hospitalaria, abierta a los demás e incluso a las visitas del pastor. La familia cerrada en sí misma ha olvidado ser de bendición a los demás o esconde algo.

4. TRATAMIENTO, DIAGNÓSTICO Y PRONÓSTICO DE LAS FAMILIAS

En general, existen dos tipos de acción pastoral, también aplicables al trabajo con familias:
a) Acción preventiva o educativa – Esta acción nos lleva a tener un plan de formación y enriquecimiento para las familias de la congregación. Al actuar con un margen de tiempo y no por reacción a situaciones de crisis, nos podemos anticipar a los problemas o inclusoprevenirlos.
Dentro de esta acción preventiva, sigue siendo de incalculable valor la antigua “visitación pastoral”. No podemos aconsejar o pastorear una familia, sin participar con ellos y experimentar la realidad tal y como ellos la vivencian. Visitando familias en su casa, es como se alcanza una mayor intimidad, se capta mejor el clima familiar y se tienen criterios para actuar. – Además, el pastor se encuentra en una situación única para acompañar a las familias en los “períodos de transición”: boda, nacimiento de un hijo, crisis de salud o laborales, fallecimiento de algún miembro, etc. Todo ello refuerza su autoridad, confianza y aprecio por parte de la familia. – Aparte de estas dos acciones, a mi entender en estos momentos es necesario tener un “programa de enriquecimiento familiar”, para los matrimonios y familias de la iglesia local. Esto supone un trabajo sistemático de trabajar una serie de temas relevantes con la vida familiar que ayuden a sanar y a fortalecer a las familias. Este programa local se puede coordinar con proyectos más globales como Encuentros de Matrimonios (“Trobades de Matrimonis”), donde se intenta hacer un mayor aprovechamiento de recursos con reunionestrimestrales.
b) Acción en situaciones de crisis En general, cuanto más trabajo se ha hecho en prevención en una iglesia, menos situaciones de crisis encontramos. Con todo siempre hay situaciones de crisis que son inesperadas.
Las crisis requieren del pastor que actúe con rapidez y mucha tensión, ya que el incendio declarado puede acabar con el matrimonio o la familia. Como he sugerido en otras ocasiones, la intervención pastoral marcará la diferencia en el resultado final. Si la familia supera la crisis, incluso saldrá fortalecida de ella. Si la familia no la supera, se desintegrará o se quedará bloqueada en su crecimiento.
Varias situaciones críticas en familias de una misma congregación, pueden colapsar el tiempo y la energía delpastor.
Respecto al diagnóstico, siempre debemos saber en qué fase se encuentra la situación que estamos tratando. Para ello puede ayudarnos el contestar las siguientes cuestiones:
– ¿Cuánto tiempo ha transcurrido estando el matrimonio o la familia en la situación concreta paratratar?
Mi experiencia es que todo cambio en una familia se da a través de un proceso. – ¿Qué grado de disfunción ha provocado en los miembros sentimientos de ira, rabia, traición, desconfianza, agresividad y posibilidad de ruptura? – ¿Con qué recursos espirituales y humanos cuenta la familia? Es trascendental la integración de los principios bíblicos con su situación familiar, pero también su capacidad de discernir, reflexionar y ser consecuentes. – ¿Cuál es el grado de disfunción en las respectivas Familia de Origen? Nos condicionan muchísimo.
– ¿Qué disposición hay en ser ayudados? Sobre todo valorar si esta disposición está en todos los miembros. Lo que llamamos en Psicología: Motivación. Después de responder a estas –y quizás más preguntas peculiares en cada caso–, tendremos el pronóstico de la situación y estaremos en condiciones de elaborar un plan de asistencia queincluiría:
– Periodicidad en los encuentros con la familia. – Aplicación de pautas, buscando cambios en la situación. – Valoración de los cambios efectuados. – Seguimiento de cómo se mantienen los cambios. – Posibilidad de referencia a un profesional.

5. CONCLUSIÓN

Concluimos sugiriendo un plan de acción para cada pastor que desee trabajar con familias:
a. Hacer un mapa de todos los matrimonios y familias de la iglesia (por edades y características). b. Ver cuáles pueden ser las mayores necesidades y trabajar en un programa educativo: temas, periodicidad y ponentes.
c. Clasificar las familias en: alto riesgo, medio o moderado. d. Proponerse una visitación sistemática de todas las familias, al menos una vez al año.
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JOSEP ARAGUÀS
Es Licenciado en Psicología Clínica por la Universidad de Barcelona, Máster en Psicología (Terapia familiar) por la Universidad de Andover – Newton, EE.UU., y postgrado en Terapia Familiar por el Cambridge Family Institute, también en EE.UU. Ejerce de forma privada la Psicología, en áreas como: la psicología clínica, terapia de pareja y familiar. Esta actividad la desarrolla junto a una amplia labor como ponente en conferencias y seminarios por toda España. Además, es colaborador en diversos programas de radio y televisión relacionados con temas de divulgación psicológica. Ha publicado numerosos artículos relacionados con su profesión. Vive en Arenys de Mar, Barcelona.

 

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